Mitos, creencias e imagen corporal en el deporte

En un mundo globalizado en el que los medios digitales, las redes sociales, los famosos, etc. Pregonan información a los cuatros vientos no contrastada y sin rigor científico, la generación de mitos y creencias rodea a la sociedad, generando una situación en la que discernir entre lo que es cierto y lo que es falso se hace realmente difícil. En este contexto, los ideales de belleza infundados compiten en numerosas ocasiones con los requisitos necesarios para un buen rendimiento y salud en numerosos deportes (1–3).

Son muchas las ocasiones en las que los deportistas ven su imagen corporal de manera satisfactoria como un cuerpo fuerte, musculado, potente… Adecuada para poder llevar a cabo unos buenos resultados en su deporte. Pero, a diario se tienen que someter a una presión social que le crea insatisfacción corporal ya que la imagen ideal, especialmente en las mujeres se asocia a: delgadez, delicadeza, belleza… Y últimamente, también a la definición y tonificación, algo un poco incongruente (2,3).

En este marco, el deporte en muchas ocasiones se ha visto como un factor protector frente a estas creencias, pero últimamente la presión a la que se ven sometidos los deportistas hace que en algunos casos esto ya no sea así (2). En deportes asociados a la masculinidad, como por ejemplo el fútbol, se ha visto que los deportistas que muestran satisfacción corporal con su cuerpo atlético tienen un mejor rendimiento y tienen un riesgo menor de padecer trastornos de la conducta alimentaria, mientras que el caso contrario en los que se muestra una insatisfacción corporal, el rendimiento se ve perjudicado y además tienen más riesgo de padecer trastornos de la conducta alimentaria (2).

Esta dualidad en la que habitualmente se muestran los deportistas debido a las creencias infundadas, así como la insatisfacción corporal generada por estos mitos en la población general ha hecho que los trastornos de alimentación hayan aumentado en los últimos años, especialmente desde la cuarentena a causa de la COVID-19 (4).

En esta situación, nace una corriente en la que se busca crear una imagen corporal positiva para defender a las personas de esta problemática. La imagen corporal positiva implica apreciar la belleza y las funcionalidades únicas del cuerpo, valorar las cualidades corporales más allá o independientemente de la apariencia física real, sentir autoestima al resaltar las cualidades del cuerpo mientras se minimizan las imperfecciones percibidas, definir la belleza de manera amplia y apreciar las diversas apariencias, tener opiniones favorables y aceptar el propio cuerpo a pesar de la incongruencia con los ideales de apariencia, filtrar información (ej. comentarios de apariencia, ideales de los medios, presiones externas) de una manera protectora contra ideales de belleza poco realistas (ej. contrarios a la internalización, la auto objetivación y la comparación social) y cuidar el cuerpo atendiendo a sus necesidades y disminuyendo la inversión en la apariencia corporal (por ejemplo, comportamientos saludables) (2).

En este sentido, las personas con una alta positividad corporal aprecian, respetan y honran sus cuerpos. La imagen corporal positiva se asocia por lo tanto con el bienestar, la salud, el cuidado personal... Además, esta imagen corporal positiva no tiene que ver con el contexto y se puede desarrollar en distintas edades, culturas, razas, religiones, orientaciones sexuales o entornos socioeconómicos.

En resumen, en mi opinión, los mitos y creencias hoy en día están inculcando unos valores que conllevan comportamientos inadecuados de cara a la consecución de una imagen corporal ideal que es irreal y que no se ajusta a los cuerpos de muchos deportistas y población general. Por ello, la educación por parte de los profesionales basándose en una búsqueda de la creación de una imagen corporal positiva se muestra como una estrategia adecuada para combatir este problema.

En nuestro equipo, contamos con profesionales para ayudar en este sentido: Psicólogos, educadora social y nutricionista. ¿Quieres que te ayudemos?

Bibliografía

1. Toro Trallero J. Cuerpo, peso, alimentación y angustia: el momento actual. En: El cuerpo como delito Anorexia, bulimia, cultura y sociedad [Internet]. 1996 [citado 30 Nov 2021];133-61. Disponible en: https://ra.biblioteca.uoc.edu/prestatgeries/articles/protegits/B2656/65930.pdf

2. Godoy-Izquierdo D, Díaz I. Inhabiting the Body(ies) in Female Soccer Players: The Protective Role of Positive Body Image. Front Psychol [Internet]. 2021 [citado 30 Nov 2021];12:1-17. Disponible en: https://www.ncbi.nlm.nih.gov/pmc/articles/PMC8497972/pdf/fpsyg-12-718836.pdf

3. S. Weinberg R, Gould D. Cuestiones relativas al género en el deporte y el ejercicio físico. Fundam Psicol del Deport y el Ejerc Físico [Internet]. 1996 [citado 30 Nov 2021];571-92. Disponible en: https://ra.biblioteca.uoc.edu/prestatgeries/articles/protegits/B2656/65556.pdf

4. Mouzo J. La pandemia agudiza los trastornos de la conducta alimentaria. El País [Internet]. 2020 [citado 30 Nov 2021]; Disponible en: https://elpais.com/sociedad/2020-11-30/la-pandemia-agudiza-los-trastornos-de-la-conducta-alimentaria.html