¡Lo sano sabe a verano y lo seguro es su mejor aliado!

Llega el verano y con él una época de vacaciones, fiestas, risas, escapadas y un largo etcétera; en la que la diversión y la alegría se palpan en el ambiente. Sin embargo, ésta se puede ver truncada por algunas complicaciones de origen alimentario. No dejemos que esto ocurra y aprendamos a evitarlas. Paralelamente a las intoxicaciones alimentarias producidas una mala conservación de los productos, se desperdician grandes cantidades de comida por el mismo motivo como se muestra en diversos estudios (1–4). Los alimentos se estropean antes de tiempo y acaban en la basura sin ni siquiera haberlos probado. Parece mentira que en un mismo planeta, por un lado reine un exceso de comida y por el otro haya hambre (5). ¿Nos comprometemos a evitarlo?

A continuación, te exponemos algunos consejos para que aproveches esta época estival al máximo y al mismo tiempo, pongas tu granito de arena en la disminución de los desechos alimentarios.

En verano, debido a las condiciones climáticas los alimentos se deterioran rápido y más fácilmente. Por ello, aprender a hacer una compra responsable y planificar el menú de la semana es muy importante. Para ello, procuraremos comprar con poca antelación al momento de consumo, haremos listas de la compra y organizaremos lo que vayamos a comer durante una semana o durante el periodo que pasemos de vacaciones. Evitaremos un gasto innecesario y una cantidad ingente de comida desperdiciada.

La carne de ternera ha de tener un color rojo vivo, el pescado ha de estar firme y con las agallas rojas (si se va a comer crudo deberá congelarse a – 20 ºC al menos durante 48 horas), las aves debemos consumirlas con la mayor brevedad posible, etc. Es importante que miremos la caducidad de los huevos, han de ser frescos y conservarse en el frigorífico. Las frutas y verduras han de estar tersas, no muy maduras para evitar que se pasen demasiado rápido. Las conservaremos también en la nevera (excepto algunas como el plátano que se pone negro o el aguacate que se endurece). En cuanto a los enlatados no deberán presentar deformidades, ni tampoco estar hinchados u oxidados (6).

El transporte de los alimentos también ha de ser adecuado, debemos preservar la cadena de frío. En el establecimiento de compra cogeremos primero los no perecederos (pasta, legumbres, etc.), después los frescos y finalmente los congelados. Así mismo, el traslado desde la tienda al lugar de residencia ha de ser lo más rápido posible y con los envases necesarios (por ejemplo con bolsas de congelado). Al llegar a casa colocaremos los alimentos en el orden inverso (empezando por los congelados y acabando por los no perecederos). Si un producto congelado se descongela no podemos volver a congelarlo y deberemos consumirlo lo antes posible (7).

Los grandes enemigos de la conservación se podría decir que son la luz y el calor. También, tendremos que prestar especial atención a la contaminación cruzada, esto es el proceso por el cual los alimentos se contaminan con sustancias ajenas (a veces nocivas) procedentes de otros productos ya sean cocinados o no. Todo el mundo ha oído hablar alguna vez de la salmonelosis, una infección bacteriana causada por Salmonella que cursa con: náuseas y vómitos, retortijones abdominales, diarrea, fiebre, dolor de cabeza… Otros patógenos que podemos presentar como contaminantes alimentarios son: Listeria, Clostridium perfringens, Campylobacter, Staphylococcus aureus, E. coli, Toxoplasma gondii o Norovirus (7). Como ejemplo de contaminación cruzada por Salmonella en el hogar exponemos el siguiente caso: al estar preparando un pollo para estofar para el que usamos utensilios como tablas, cuchillos, etc. dejamos contaminada la superficie donde lo preparamos así como los instrumentos utilizados. Los restos de sangre y/o de materia orgánica que quedan pueden estar contaminados por patógenos como la Salmonella. Éstos a temperatura ambiente generan un caldo de cultivo perfecto para provocar una contaminación cruzada de una posible ensalada que preparemos en el mismo lugar. Otro ejemplo podría ser una carne puesta a descongelar en la nevera que gotea sobre unas frutas que podemos consumir posteriormente sin desinfectarlas de forma correcta.

Para acabar con los peligros tendremos que (6–9):

· Guardar las latas, conservas, aceites… en lugares frescos y oscuros como en una despensa.

· Deberemos envasar todo correctamente (botes, fiambreras u otros) y etiquetarlo con el nombre de lo qué es, la fecha de cuando lo envasamos y el número aproximado de raciones que contiene.

· Los alimentos ya cocinados los almacenaremos separados de los crudos para evitar los cruces.

· Los alimentos que lo requieran los cocinaremos durante el tiempo y temperatura suficientes para acabar con cualquier patógeno que estos contengan.

Unos grandes aliados en todo esto van a ser el frigorífico y el congelador siempre y cuando los utilicemos de manera correcta. Entre los aspectos a tener en cuenta destacan la temperatura y la colocación de los alimentos en su interior.

La nevera ha de estar entre los 0 y los 5 °C y el congelador en torno a los -18 °C. En ambos electrodomésticos deberemos mantener la limpieza, dejar espacio entre los alimentos (no sobrecargar), mantener la puerta cerrada procurando abrir y cerrar lo más rápido y el menor número de veces posibles, meter los alimentos fríos o a temperatura ambiente (nunca calientes) y correctamente envasados como explicamos anteriormente.

En cuanto al orden es importante que prestemos atención a las distintas temperaturas que se presentan en el frigorífico en función de la zona: la parte de arriba es la más fría y por tanto la usaremos para conservar alimentos ya cocinados, conservas sin acabar, etc.; en el centro situaremos productos lácteos, embutidos, huevos, etc.; en los estantes inferiores almacenaremos productos crudos y perecederos (carnes, pescados y mariscos) o alimentos en envases cerrados que tengamos que descongelar; en los cajones inferiores conservaremos las frutas y hortalizas; finalmente, los estantes de la puerta los usaremos para bebidas, mantequilla, mermeladas, salsas, etc. (6–9).

Otro gran peligro durante el verano son las intoxicaciones producidas por las salsas como la mayonesa o preparaciones que contienen huevo crudo. Para tratar de evitar los problemas y que estos no nos agüen las vacaciones algunos consejos pueden ser: guardar los huevos en la nevera, procurar utilizarlos lo más frescos posibles, añadir algún ácido como el limón o el vinagre para evitar la proliferación de patógenos y una vez preparadas almacenar las salsas o preparaciones con huevo crudo en la nevera. En este punto, volvemos a encontrarnos con la temida salmonelosis de la que hablamos anteriormente. La bacteria Salmonella se puede encontrar en la cáscara externa de los huevos y producir contaminación si los cascamos en el mismo recipiente que en el que vayamos a realizar la preparación. Para evitarlo no debemos cascarlos en los bordes del utensilio donde los estemos echando ni en el de la preparación. Además, los debemos ir echando uno a uno en un recipiente distinto a donde estemos realizando la preparación para después añadirlos de manera individual por si alguno aparece estropeado. Finalmente, en cuanto a las salsas, no debemos guardar las que sobran por precaución (6,7).

Para terminar con el congelador y el frigorífico decir que cuando tengamos que descongelar cualquier producto debemos hacerlo poco a poco y en la nevera. Así evitaremos que la comida se estropee por el calor y ayudaremos a que se mantenga con sus mejores propiedades organolépticas y nutritivas.

Hasta aquí algunos consejos para que nada nos estropee el verano. Si quieres conocer más no dudes en ponerte en contacto con nosotros. Aspectos como cuánto tiempo duran sin estropearse los alimentos en el congelador o en la nevera y formas de conservarlos, consejos de cómo llevar alimentos de picnic sin que comérselos suponga un peligro, pautas acerca de qué comer y beber cuando uno visita el extranjero (para no acabar con la típica diarrea del viajero), ayudas para la organización de la nevera, consejos de cómo lavar las hortalizas y mucho más.

Y recuerda:

¡El verano se disfruta estando sano!

Bibliografía:

1. Langiano E, Ferrara M, Lanni L, Viscardi V, Abbatecola AM, De Vito E. Food safety at home: Knowledge and practices of consumers. J Public Heal [Internet]. 2012 [citado 18 Jun 2019];20:47–57. Disponible en: https://www.researchgate.net/publication/221845171_Food_safety_at_home_Knowledge_and_practices_of_consumers/download

2. Byrd-Bredbenner C, Berning J, Martin-Biggers J, Quick V. Food safety in home kitchens: A synthesis of the literature. Int J Environ Res Public Health [Internet]. 2013 [citado 18 Jun 2019];10(9):4060–85. Disponible en: https://www.mdpi.com/1660-4601/10/9/4060/pdf

3. Surujlal M, Badrie N. Household consumer food safety study in Trinidad, West Indies. Int J Food Saf [Internet]. 2003 [citado 18 Jun 2019];3:8–14. Disponible en: https://www.researchgate.net/publication/228583399_Household_consumer_food_safety_study_in_Trinidad_West_Indies

4. Madhwal S, Sharma S. Food Safety Issues and Risk Associated with Refrigerated Foods. Int J Curr Microbiol Appl Sci [Internet]. 2017 [citado 18 Jun 2019];6(12):4196–203. Disponible en: https://www.ijcmas.com/6-12-2017/Shweta%20Madhwal%20and%20Sonika%20Sharma.pdf

5. Nielssen M, Cartín M, Aguilar G. Identidad de la alimentación en el siglo XXI en una sociedad de consumo. Rev Estud [Internet]. 2015 [citado 18 Jun 2019];(30):1–23. Disponible en: https://revistas.ucr.ac.cr/index.php/estudios/article/view/19868

6. Almacenar y conservar los alimentos con seguridad. Guía Almac Aliment [Internet]. 2013 [citado 18 Jun 2019];1–10. Disponible en: http://www.yoursforchildren.com/quiz/Spanish Food Storage Safety Text.pdf

7. American Dietetic Association, ConAgra Foods. Home Food Safety. [Internet]. 2014 [citado 18 Jun 2019];1–13. Disponible en: https://www.drink-milk.com/wp-content/uploads/2016/01/Home-Food-Safety.pdf

8. Instituto de Nutrición y Salud. Guía para almacenar alimentos en el refrigerador. [Internet]. 2007 [citado 18 Jun 2019]; Disponible en: http://www.eatright.org/Public/content.aspx?id=10949&terms=refrigerator

9. ¿Dónde y cómo se guardan mejor los alimentos? Consumer [Internet]. 2003 [citado 18 Jun 2019];16–7. Disponible en: http://revista.consumer.es/web/es/20031001/alimentacion/65104.php